TOTALMENTE DE ACUERDO
No todos los salivazos son iguales
Tanto Mel como Gordillo no tuvieron el menor reparo en decir que Diego
Costa es el futbolista que todos quieren tener en su equipo.
Paralelamente, el entrenador bético deploraba el escupitajo de Amaya
porque es un mal ejemplo para los niños. Ítem más, el propio escupidor
se daba golpes de pecho con el mismo argumento, que escupir no está bien
porque hay ropa tendida, léase niños que pueden escupirle al colega al
día siguiente en el recreo.
Ha tenido una defensa Amaya que recuerda a la de aquel abogado ciertamente desmañado que defendió a un tironero sin poder impedir que al pobre delincuente le cayese cadena perpetua. La polvareda que ha levantado el asqueroso salivazo ha sido una tormenta de arena si la comparamos con los rifirrafes que el propio Costa tuvo en el derbi madrileño con Sergio Ramos y casi con todo el que pasó por su lado, escupitajos, agarrones, collejas y todo el repertorio del otro fútbol incluidos.
Tampoco se ha reflejado en ninguna entrega periodística la curiosa casualidad de que un futbolista que era un enorme coleccionista de tarjetas amarillas y rojas en sus tiempos de Vigo, Valladolid o Vallecas goce de la impunidad de hogaño. La entrada que le hace a Rubén Pérez es tan de cartulina roja como el codazo a Perquis en la ida copera que mandó al francés al vestuario con la vista obnubilada, pero nada de eso tiene importancia en comparación con tan repugnante salivazo.
Ha tenido una defensa Amaya que recuerda a la de aquel abogado ciertamente desmañado que defendió a un tironero sin poder impedir que al pobre delincuente le cayese cadena perpetua. La polvareda que ha levantado el asqueroso salivazo ha sido una tormenta de arena si la comparamos con los rifirrafes que el propio Costa tuvo en el derbi madrileño con Sergio Ramos y casi con todo el que pasó por su lado, escupitajos, agarrones, collejas y todo el repertorio del otro fútbol incluidos.
Tampoco se ha reflejado en ninguna entrega periodística la curiosa casualidad de que un futbolista que era un enorme coleccionista de tarjetas amarillas y rojas en sus tiempos de Vigo, Valladolid o Vallecas goce de la impunidad de hogaño. La entrada que le hace a Rubén Pérez es tan de cartulina roja como el codazo a Perquis en la ida copera que mandó al francés al vestuario con la vista obnubilada, pero nada de eso tiene importancia en comparación con tan repugnante salivazo.
http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/1454531/no/todos/los/salivazos/son/iguales.html#.URIj2gjk6js.facebook
1 comentario:
Igualdad...Un abrazo.
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